martes, 31 de diciembre de 2013

Era del Amor y la Unidad y el Desapego. ¿Compatibles?

Me lo he planteado muchas veces y mi corazón se encoge cada vez que ve frases separatistas y clasificadoras de las personas. Somos tan extraños los seres humanos. Condenamos a nuestros " amigos y conocidos,vecinos" por no cumplir con nuestras expectativas, afectivas,económicas y emocionales. Puede llegar al extremo de negarles el saludo, el afecto, ayuda,.....y buscamos mil excusas para justificar el no- merecimiento. Por otro lado nos volcamos en ser solidarios en ONGs, para acallar nuestra consciencia, y demostrarnos que somos buenas personas.Parece que es mas fácil ayudar a desconocidos....., no sabemos su historia y eso no nos implica emocionalmente , así no juzgamos, ni analizamos el merecimiento, ni nos planteamos. Un teatro que nos hemos montado, la sociedad, los altos mandos, para tenernos engañados, en tinieblas. Hablamos tanto de que somos UNO, que lo que hago a mi hermano, me lo hago a mi mism@. Echando una vista atras a los grandes maestros: Jesus, Gandhi, Teresa de Calcutta, esos que tanto citamos, no distinguían entre merecedores o no merecedores. Solo contemplaban el alma, el corazón que latía igual en cada ser. Lo único que realmente nos separa es el Ego, nuestras pequeñas voluntades. Periódicamente como en estas fechas señaladas, el corazón reclama nuestra atención y nos vienen a la mente todas las personas que han formado parte de nuestra vida en algún momento. Si cerramos los ojos, interiorizamos y sentimos la esencia, una chispa de amor salta por cada uno de ellos en alguna medida. Sentimos amor, unión, perdón, arrepentimiento por esas pequeñas diferencias generadas por la mente, que en este instante se vuelven ridículas e indiferentes. Nos duele el corazón y vemos la inutilidad del sufrimiento. Nos damos cuenta que nadie es perfecto. Nos sentimos como niños deseosos de volver a jugar juntos, abrazarnos y reírnos a carcajadas de las travesuras vividas. Pero claro, está el desapego. Todas esas enseñanzas de dejar atrás el pasado, las personas, vivencias, dolores y seguir nuestro camino. Pero como podemos seguir un camino con un corazón que reclama paz, unión y amor, dejando atrás el dolor, la incomprensión y asuntos pendientes? Para mi es como decirle a un niño: " No llores, no sientas!!" El verdadero desapego consiste en dejar atrás cada día resentimientos, control, juicios de valor y pensamientos separatistas. Como el aire y los pulmones, que nos nutren para vivir. Ellos no piden, ni dan, es un acto de amor natural. Ni siquiera piden permiso. Ninguno posee al otro, no se agarran. Sin embargo se ven constantemente, se acarician con dulzura. Una danza de amor incondicional que nos da vida. Así podríamos funcionar en nuestro mundo, nuestras relaciones. Con Amor, respeto, compresión, escucha consciente, fluyendo con la danza de las relaciones, con la gratitud por cada oportunidad de crecimiento mutuo. Mi deseo para el 2014, AMOR, PAZ, UNIÓN, COMPRENSIÓN y CONSCIENCIA, desapegandonos del rencor, los conceptos morales obsoletos separatistas y la necesidad de tener la razón. Eligo PAZ. Y Tu???

lunes, 2 de diciembre de 2013

¿QUIÉN SOY?

Uno de mis maestros decía que somos o mas bien manifestamos tres personas, la que los demás creen que somos, la que yo creo que soy, y la que realmente soy. Soy un alma que ha adoptado una y otrta vez un cuerpo para tener una experiencia humana, para crecer en Amor. Desde muy pequeña, tenía la sensación de que nadie me entendía realmente. Yo era pura alegría, risa y ternura. Pero a lo largo de los años aprendí que no podía manifestarme tal como era en mi interior. Era una buscadora y defensora incansable de la verdad. Pero mi mundo estaba lleno de mentiras, miedos y desengaños..... Hoy sé que elegí conscientemente todas esas experiencias antes de nacer. Hace un tiempo en una regresión pregunté a mis guías: Porque me pasa todo esto???    Y contestaron: porque tu eres fuerte!!!  Muchas veces he tenido la sensación de cumplir cierto papel en la vida de los que me han rodeado para darles la oportunidad de despertar en amor, en honestidad consigo mismos, en comprensión. A mi a la vez me ha dado la oportunidad de abrir cada vez mas mi corazón, dejar atrás la crítica, la condena, la clasificación. He experimentado en los últimos años un mundo lleno de amor, a pesar de las diferencias aparentes de las personas. En la quietud y el silencio sé que todo está bien, todo es por amor, todos desean amar y ser amados. Actuan en cada instante según su nivel de consciencia y evolución.  Hace unos meses en una canalización me han definido completamente...., me salían las lagrimas. Decían: Tienes una forma muy bonita y pura de amar, pero hasta ahora nadie te ha entendido, parece que te han echado tierra encima que te ahoga. Estas cansada, solo deseas paz. No necesitas mucho para vivir, solo paz. No han podido definirme mejor. Siento que toda discordia es absurda, que somos seres de luz y ya es hora de poner en práctica toda nuestra sabiduría como seres humanos y fomentar la unión, la tolerancia y la comprensión. Deseo mencionar aqui mi experiencia con mi grupo de Biodanza. Nos conocemos hace poco, casi no hablamos, pero sentimos, nos sentimos....y todas coinciden de que somos como una gran familia, que parece que nos conocemos desde siempre. Experiencias parecidas tengo con mis clientes, que reaccionan a mi sinceridad, mi apertura y mis constantes deseos de servir, mejorar y ayudar. Es tan gratificante que a veces me observo desde fuera y digo: "Ya es hora de que aceptes y valores lo que realmente eres." Y en lo profundo de mi ser lo sé y me siento guiada y afortunada por ser como soy. Humildemente...con el corazón en la mano.....Soy Luz, soy AMOR!!! Somos Luz, somos AMOR, somos UNO.

sábado, 5 de octubre de 2013

El Mundo visto desde arriba

Anoche fui con mi amiga Louise Piepenburg, a un pequeño festival de Folklore en Sardina del Sur, una vez mas me dí cuenta que todos tratan de unir a la humanidad, a los pueblos, a sentir que todos somos UNO, fomentar el respeto y el amor entre todos. Entonces me preguntaba que después de tantísimos años que llevo escuchando canciones, discursos, reivindicaciones de esta índole, como es que aún no hemos logrado manifestarlo plenamente en la tierra. Sé que estamos en el camino y hemos dado un gran salto cuántico en los últimos años, y espero con confianza.....ESPERANZA, que esto se lleve a cabo plenamente. Porque todos absolutamente todos buscamos amor, aceptación y paz. Y ésta nos se logra huyendo ni apartándose de la gente. Se logra interactuando con amor, tolerancia y comprensión, sabiéndo que cada uno de nosotros libra su propia batalla de la mejor manera que sabe en el momento.
Me imaginaba a la Divinidad o si lo quieren estos niños inocentes de la imágen, viendo el mundo desde arriba, y ver lo inútil y absurdos que son todos los conflictos basados en el Ego, versus MIEDO...y si tuviésemos la capacidad de mirar al futuro podríamos ver como al final después de mucho sufrimiento los conflictos acaban en Amor. Por lo tanto me pregunto.....????? ¿¿¿Somos inteligentes, hemos avanzado, aprendido, tenemos toda la información, formación y personas a nuestro alcance, porque esperar a mañana??? Unámonos HOY, vivamos realmente ese mundo nuevo, lleno de AMOR y PAZ. Y todo acaba en una gran fiesta donde nos reímos de nosotros mismos. Con todo mi Amor, Anja   





viernes, 13 de septiembre de 2013

Vivamos ya, no mañana, en una ocasión especial, cuando.....o cuando....NO; HOY!!!








Mariavilloso vivir...

Mas versiones sobre Almas Gemelas.....

ALMAS GEMELAS

En el principio de tu existencia, en ese momento que naciste del Padre-Madre Amor Creador, salio un alma grande perfecta en todo y entonces tu se
r fue divido en dos partes, y ya eran dos almas con dos conciencias y ambos con una cualidad especial que llena a la otra alma, y juntos forman un solo ser. Ambas almas se sienten irresistiblemente atraídas el uno al otro y son felices juntos. Pero llega un momento que ambas almas tienen que partir por separado a evolucionar, a vivir desde cero todo el proceso y el camino a la fuente de dios. ¿POR QUÉ? ambos no son conscientes todavía de lo que son, acaban de nacer y necesitan experiencia. Pero Ambos llevan en su interior las energías femenino y masculino, pero dichas partes nacen en varón y hembra, constantemente para ser uno siempre, cuando se encuentren. 

Durante las vidas y procesos que van pasando se van acercando mas el uno al otro, aprenden lo que es el amor, ambos pasan por pruebas similares hasta que llega el momento que han comprendido y ascendido en el amor libre y en el respeto mutuo. Ambos de se encuentran y se fusionan en uno solo. Muchos de estos encuentros lo logran en vidas mas ascendidas, porque no tienen que esperar hasta el final de su viaje, ambos se buscan y se encuentran en una vida y para siempre se encontraran nuevamente. Pero en el interior nunca están separadas, un hilo de luz los une en el corazón. Los recuerdos sin recuerdos de que hay alguien para ellos, en alguna parte, que les ama, que es la persona y pareja perfecta que necesitan en su vida, son los recuerdos de su alma gemela. Pero están borrados, por la vida que llevan en mundos como la tierra. Pero el milagro ocurre, y mágicamente aparece esa persona deseada. Sus miradas se cruzan, y ambos se miran extrañados, como unos desconocidos, pero sienten la necesidad de hablar entre ellos. 

Si ambos han evolucionado correctamente se reconocerán mutuamente. De pronto una sensación les recorre todo el cuerpo, se ponen nerviosos, su corazón les salta del pecho y se sienten como en el cielo, un paraíso que no habían experimentando hace tiempo. Inmediatamente se miran a los ojos, se ven ha ellos mismos en la otra persona, y se abrazan aunque no se recuerden. Pero saben por dentro quienes son y lo que han vivido juntos en otras vidas y nunca más se vuelven a separar. Desde ese momento viven juntos, se apoyan mutuamente, se divierten, y si hacen actividades por separado, sabiendo que el tiempo que tienen que esperar es menor de lo que pasaron separados antes de su encuentro. La flama gemela existe de verdad, es una evidencia porque tu lector que lee estas palabras le digo que ese sentimiento de irrefutable de esta verdad viviente. Encontrar a alguien que te ama profundamente, que no estás solo. Es la señal y la prueba que te abre los ojos ante este descubrimiento. La flama gemela es tu compañera inseparable, tu mismo en otro cuerpo y la atracción es irremediable porque universalmente no se puede sustituir por ninguna otra alma en todo el universo. Porque ambos son únicos. 

Shastha
 
ALMAS GEMELAS

Dios creó un TODO y lo llenó de vida; luego lo dividió en dos y cada una de esas dos partes reencarnó en dos seres diferentes. Deberían evolucionar cada una a través de vidas separadas. Así nacieron las almas gemelas, ese e
s el concepto de su existencia y la razón del por qué están separadas.

Sin embargo, aunque nacemos en cuerpos diferentes, la unión de esas almas no termina jamás y a través de muchas reencarnaciones estaremos juntos, cada una en un escenario diferente, viviendo vidas paralelas, con las mismas experiencias, pero no nos reconocemos desde el primer instante porque falta evolución y por eso necesitamos de otras relaciones. Pero el reencuentro al final, es inevitable.

Las flamas gemelas tienen los mismos intereses, su atracción no es sólo física o sexual y la ternura ocupa sus instantes y sus miradas. Ese amor trasciende la edad, la materia, la raza, el credo, las distancias. Al verse, sienten una infinita necesidad de abrazarse y besarse y expandir las energías de sus corazones. Ambas desean crecer espiritual e intelectualmente, se incentivan mutuamente por ese crecimiento personal, no existe entre ellas el egoísmo ni la individualidad y tienen el deseo, aunque inconsciente, de llevar a cabo su misión juntos.

Se complementan en todos los sentidos… ¡casi piensan lo mismo! Se aceptan, se respetan, hacen planes para el futuro, se quieren como son. Si se pelean parecen marchitarse y buscarán rápidamente aclarar sus malentendidos, con humildad y generosidad el uno por el otro. Y su amor crecerá cada día más y más. Se dan cuenta que aunque separadas han estado buscándose siempre, ahora comprenden el por qué de la espera, por qué la alegría de vivir y por qué los corazones no se cerraron a la llegada del amor, nunca. Sus experiencias pasadas fueron la preparación para el reencuentro.

Las flamas gemelas se atraen más fácilmente cuando los dos tienen buen humor, son activos, vivaces, conversan largamente, la música los transporta a su lugar original. Buscan el éxtasis y lo disfrutan. Hacer el amor es una experiencia que cobra un inusitado significado y en un indescriptible instante de esa unión, logran reconocer a través de sus ojos, el alma que estaban buscando y entonces… ¡sabrás que esa es tu otra mitad!
Si estás esperando el amor verdadero debes activar ese reencuentro, manteniendo la fe en su llegada, tomando cada experiencia como un paso adelante, orando, llamándolo y bendiciendo a ese ser que aún no conoces pero esperas, él también estará esperando por ti. Cuando la soledad duele más, aparece al fin. Pueden pasar años, pero en el fondo de tu corazón, sabrás siempre que existe y cuando llega, el Planeta entero se confabula a favor de ese encuentro y comienzan a desencadenarse toda suerte de acontecimientos para que finalmente estén juntos.

Por: Despertandome
 
Foto: ALMAS GEMELAS

Dios creó un TODO y lo llenó de vida; luego lo  dividió en dos y cada una de esas dos partes reencarnó en dos seres diferentes. Deberían  evolucionar cada una a través de vidas separadas. Así nacieron las almas gemelas, ese es el concepto  de su existencia y la razón del por qué están  separadas.

Sin embargo, aunque nacemos en cuerpos  diferentes, la unión de esas almas no termina jamás  y a través de muchas reencarnaciones estaremos  juntos, cada una en un escenario diferente, viviendo  vidas paralelas, con las mismas experiencias, pero  no nos reconocemos desde el primer instante porque  falta evolución y por eso necesitamos de otras  relaciones. Pero el reencuentro al final, es  inevitable.

Las flamas gemelas tienen los mismos intereses,  su atracción no es sólo física o sexual y la ternura  ocupa sus instantes y sus miradas. Ese amor  trasciende la edad, la materia, la raza, el credo,  las distancias. Al verse, sienten una infinita  necesidad de abrazarse y besarse y expandir las  energías de sus corazones. Ambas desean crecer  espiritual e intelectualmente, se incentivan  mutuamente por ese crecimiento personal, no existe  entre ellas el egoísmo ni la individualidad y tienen  el deseo, aunque inconsciente, de llevar a cabo su  misión juntos.

Se complementan en todos los sentidos… ¡casi  piensan lo mismo! Se aceptan, se respetan, hacen  planes para el futuro, se quieren como son. Si se  pelean parecen marchitarse y buscarán rápidamente  aclarar sus malentendidos, con humildad y  generosidad el uno por el otro. Y su amor crecerá  cada día más y más. Se dan cuenta que aunque  separadas han estado buscándose siempre, ahora  comprenden el por qué de la espera, por qué la  alegría de vivir y por qué los corazones no se  cerraron a la llegada del amor, nunca. Sus  experiencias pasadas fueron la preparación para el  reencuentro.

Las flamas gemelas se atraen más fácilmente cuando los dos tienen buen humor, son activos,  vivaces, conversan largamente, la música los  transporta a su lugar original. Buscan el éxtasis y  lo disfrutan. Hacer el amor es una experiencia que  cobra un inusitado significado y en un  indescriptible instante de esa unión, logran  reconocer a través de sus ojos, el alma que estaban  buscando y entonces… ¡sabrás que esa es tu otra  mitad!
Si estás esperando el amor verdadero debes  activar ese reencuentro, manteniendo la fe en su  llegada, tomando cada experiencia como un paso  adelante, orando, llamándolo y bendiciendo a ese ser  que aún no conoces pero esperas, él también estará  esperando por ti. Cuando la soledad duele más,  aparece al fin. Pueden pasar años, pero en el fondo  de tu corazón, sabrás siempre que existe y cuando  llega, el Planeta entero se confabula a favor de ese  encuentro y comienzan a desencadenarse toda suerte  de acontecimientos para que finalmente estén juntos.

Por: Despertandome
 

sábado, 31 de agosto de 2013

Extracto del PDF de Ruiz Miguel, "La Maestría del Amor"

La mente herida
Quizá nunca hayas pensado en esta cuestión, pero en mayor o en menor medida,
todos nosotros somos maestros. Somos maestros porque tenemos el poder de crear y
de dirigir nuestra propia vida.
De la misma manera en que las distintas sociedades y religiones de todo el mundo
han creado una mitología increíble, nosotros creamos la nuestra. Nuestra mitología
personal está poblada de héroes y villanos, ángeles y demonios, reyes y plebeyos.
Creamos una población entera en nuestra mente e incluimos múltiples personalidades
para nosotros mismos. Después, adquirimos dominio sobre la imagen que vamos a
utilizar en determinadas circunstancias. Nos convertimos en artistas del fingimiento y
de la proyección de nuestra imagen y en maestros de cualquier cosa que creemos ser.
Cuando conocemos a otras personas las clasificamos de inmediato según lo que
nosotros creemos que son. Y actuamos del mismo modo con todas las personas y
cosas que nos rodean.
Tienes el poder de crear. Tu poder es tan fuerte que cualquier cosa que decidas
creer se convierte en realidad. Te creas a ti mismo, sea lo que sea que creas que eres.
Eres como eres porque eso es lo que crees sobre ti mismo. Toda tu realidad, todo lo
que crees, es fruto de tu propia creación. Tienes el mismo poder que cualquier otro ser
humano en el mundo. La principal diferencia entre otra persona y tú estriba en la
manera en que aplicas tu poder y en lo que creas con él. Tal vez te parezcas a otras
personas en muchas cosas, pero no todo el mundo vive la vida de la misma manera que
tú.
Has practicado toda tu vida para ser quien eres y lo haces tan bien que te has
convertido en un maestro de lo que crees que eres. Eres un maestro de tu propia
personalidad y de tus propias creencias; dominas cada acción y cada reacción. Practicas
durante años y años hasta que alcanzas el nivel de maestría para ser lo que crees que
eres. Y cuando por fin comprendemos que todos nosotros somos maestros, llegamos a
ver qué tipo de maestría tenemos.
Cuando un niño tiene un problema con alguien, y se enfada, por la razón que sea,
el enfado hace que el problema desaparezca y de este modo obtiene el resultado que
quería. Entonces, vuelve a ocurrir, y vuelve a reaccionar con enfado, ya que ahora sabe
que, si se enfada, el problema desaparecerá. Pues bien, después practica y practica hasta
llegar a convertirse en un maestro del enfado.
Pues bien, de esta misma manera es como nos convertimos en maestros de los
celos, en maestros de la tristeza o en maestros del auto-rechazo. Toda nuestra desdicha
y nuestro sufrimiento tienen su origen en la práctica. Establecemos un acuerdo con
nosotros mismos y lo practicamos hasta que llega a convertirse en una maestría
completa. El modo en que pensamos, el modo en que sentimos y el modo en que
actuamos se convierte en algo tan rutinario que dejamos de prestar atención a lo que
hacemos. Nos comportamos de una manera determinada sólo porque estamos
acostumbrados a actuar y a reaccionar así.
Pero para convertirnos en maestros del amor tenemos que practicar el amor. El
arte de las relaciones también es una maestría completa y el único modo de alcanzarla
es mediante la práctica. Por consiguiente, para llegar a ser maestro en una relación hay
que actuar. No se trata de adquirir determinados conceptos ni de alcanzar un
conocimiento en concreto. Es una cuestión de acción. Ahora bien, evidentemente, para
actuar es preciso contar con algún conocimiento o al menos con una mayor conciencia
de la manera en que funcionamos los seres humanos.
Quiero que te imagines que vives en un planeta donde todas las personas padecen
una enfermedad en la piel. Durante dos mil o tres mil años, la gente de este planeta ha
sufrido la misma enfermedad: todo su cuerpo está cubierto de heridas infectadas, que
cuando se tocan, duelen de verdad. Evidentemente, la gente cree que esta es la
fisiología normal de la piel. Incluso los libros de medicina describen dicha enfermedad
como el estado normal. Al nacer la piel está sana, pero a los tres o cuatro años de edad,
empiezan a aparecer las primeras heridas y en la adolescencia, cubren todo el cuerpo.
¿Puedes imaginarte cómo se tratan esas personas? Para relacionarse entre sí tienen
que proteger sus heridas. Casi nunca se tocan la piel las unas a las otras porque resulta
demasiado doloroso, y si, por accidente, le tocas la piel a alguien, el dolor es tan intenso
que de inmediato se enfada contigo y te toca a ti la tuya, sólo para desquitarse. Aun así,
el instinto del amor es tan fuerte que en ese planeta se paga un precio elevado para
tener relaciones con otras personas.
Bueno, imagínate que un día ocurre un milagro. Te despiertas y tu piel está
completamente curada. Ya no tienes ninguna herida y no te duele cuando te tocan. Al
tocar una piel sana se siente algo maravilloso porque la piel está hecha para la
percepción. ¿Puedes imaginarte a ti mismo con una piel sana en un mundo en el que
todas las personas tienen una enfermedad en la piel? No puedes tocar a los demás
porque les duele y nadie te toca a ti porque piensan que te dolerá.
Si eres capaz de imaginarte esto, podrás comprender que si alguien de otro planeta
viniera a visitarnos tendría una experiencia similar con los seres humanos. Pero no es
nuestra piel la que está llena de heridas. Lo que el visitante descubriría es que la mente
humana padece una enfermedad que se llama miedo. Al igual que la piel infectada de
los habitantes de ese planeta imaginario, nuestro cuerpo emocional está lleno de
heridas, de heridas infectadas por el veneno emocional. La enfermedad del miedo se
manifiesta a través del enfado, del odio, de la tristeza, de la envidia y de la hipocresía, y
el resultado de esta enfermedad son todas las emociones que provocan el sufrimiento
del ser humano.
Todos los seres humanos padecen la misma enfermedad mental. Hasta podríamos
decir que este mundo es un hospital mental. Sin embargo, esta enfermedad mental ha
estado en el mundo desde hace miles de años. Los libros de medicina, psiquiatría y
psicología la describen como un estado normal. La consideran normal, pero yo te digo
que no lo es.
Cuando el miedo se hace demasiado intenso, la mente racional empieza a fallar y ya
no es capaz de soportar todas esas heridas llenas de veneno. Los libros de psicología
denominan a este fenómeno enfermedad mental. Lo llamamos esquizofrenia, paranoia,
psicosis, pero la verdad es que estas enfermedades aparecen cuando la mente racional
está tan asustada y las heridas duelen tanto, que es preferible romper el contacto con el
mundo exterior.
Los seres humanos vivimos con el miedo continuo a ser heridos y esto da origen a
grandes conflictos dondequiera que vayamos. La manera de relacionarnos los unos con
los otros provoca tanto dolor emocional que, sin ninguna razón aparente, nos
enfadamos y sentimos celos, envidia o tristeza. Incluso decir «te amo» puede resultar
aterrador. Pero, aunque mantener una interacción emocional nos provoque dolor y nos
dé miedo, seguimos haciéndolo, seguimos iniciando una relación, casándonos y
teniendo hijos.
Debido al miedo que los seres humanos tenemos a ser heridos y a fin de proteger
nuestras heridas emocionales, creamos algo muy sofisticado en nuestra mente: un gran
sistema de negación. En ese sistema de negación nos convertimos en unos perfectos
mentirosos. Mentimos tan bien, que nos mentimos a nosotros mismos e incluso nos
creemos nuestras propias mentiras.
No nos percatamos de que estamos mintiendo, y en ocasiones, aun cuando
sabemos que mentimos, justificamos la mentira y la excusamos para protegernos del
dolor de nuestras heridas.
El sistema de negación es como un muro de niebla frente a nuestros ojos que nos
ciega y nos impide ver la verdad. Llevamos una máscara social porque resulta
demasiado doloroso vernos a nosotros mismos o permitir que otros nos vean tal como
somos en realidad. El sistema de negación nos permite aparentar que toda la gente se
cree lo que queremos que crean de nosotros. Y aunque colocamos estas barreras para
protegernos y mantener alejada a la gente, también nos mantienen encerrados y
restringen nuestra libertad. Los seres humanos se cobijan y se protegen y cuando
alguien dice: «Te estás metiendo conmigo», no es exactamente verdad. Lo que sí es
cierto es que estás tocando una de sus heridas mentales y él reacciona porque le duele.
Cuando tomas conciencia de que todas las personas que te rodean tienen heridas
llenas de veneno emocional, empiezas a comprender las relaciones de los seres
humanos en lo que los toltecas denominan el
sueño del infierno. Desde la perspectiva
tolteca todo lo que creemos de nosotros y todo lo que sabemos de nuestro mundo es
un sueño. Si examinas cualquier descripción religiosa del infierno te das cuenta de que
no difiere de la sociedad de los seres humanos, del modo en que soñamos. El infierno
es un lugar donde se sufre, donde se tiene miedo, donde hay guerras y violencia, donde
se juzga y no hay justicia, un lugar de castigo infinito. Unos seres humanos actúan
contra otros seres humanos en una jungla de predadores; seres humanos llenos de
juicios, llenos de reproches, llenos de culpa, llenos de veneno emocional: envidia,
enfado, odio, tristeza, sufrimiento. Y creamos todos estos pequeños demonios en
nuestra mente porque hemos aprendido a soñar el infierno en nuestra propia vida.
Todos nosotros creamos un sueño personal propio, pero los seres humanos que
nos precedieron crearon un gran sueño externo, el sueño de la sociedad humana. El
Sueño externo, o el Sueño del Planeta, es el Sueño colectivo de billones de soñadores.
El gran Sueño incluye todas las normas de la sociedad, sus leyes, sus religiones, sus
diferentes culturas y sus diferentes formas de ser. Toda esta información almacenada
dentro de nuestra mente es como mil voces que nos hablan al mismo tiempo. Esto es
lo que los toltecas denominan el
mitote.
Pero lo que nosotros somos en realidad es puro amor; somos
Vida. Y lo que
somos en realidad no tiene nada que ver con el sueño, pero el mitote nos impide verlo.
Cuando contemplas el sueño desde esta perspectiva, y cobras conciencia de lo que eres,
comprendes cuán absurdo resulta el comportamiento de los seres humanos, y
entonces, se convierte en algo divertido. Lo que para todos los demás parece un gran
drama para ti es una comedia. Ves de qué modo los seres humanos sufren por algo que
carece de importancia, algo que ni siquiera es real. Pero no tenemos otra opción.
Nacemos en esta sociedad, crecemos en esta sociedad y aprendemos a ser como todos
los demás, actuando y compitiendo continuamente de un modo absurdo.
Ahora bien, imagina por un momento que pudieses visitar un planeta en el que
toda la gente tuviera una mente emocional distinta. La manera en que se relacionarían
los unos con los otros sería siempre feliz, siempre amorosa, siempre pacífica. Ahora
imagínate que un día te despiertas en ese planeta y que ya no tienes heridas en tu
cuerpo emocional. Ya no tienes miedo de ser quien eres. Ya no te importa lo que la
gente diga de ti, porque no te lo tomas como algo personal y ha dejado de producirte
dolor. Así que ya no necesitas protegerte más. No tienes miedo de amar, de compartir,
de abrir tu corazón. Ahora bien, esto sólo te ha ocurrido a ti. ¿Cómo te relacionarás
con la gente que padece heridas emocionales y que está enferma de miedo?
Cuando un ser humano nace, su mente y su cuerpo emocional están
completamente sanos. Quizás hacia el tercer o cuarto año de edad empiecen a aparecer
las primeras heridas en el cuerpo emocional y se infecten con veneno emocional. Pero,
si observas a los niños de dos o tres años y te fijas en su manera de comportarse, verás
que siempre están jugando. Los verás reírse sin parar. Su imaginación es muy poderosa
y su manera de soñar una auténtica aventura de exploración. Cuando algo va mal
reaccionan y se defienden, pero, después, sencillamente se olvidan y vuelven a centrar
su atención en el momento presente para seguir jugando, explorando y divirtiéndose.
Viven el momento. No se avergüenzan del pasado y no se preocupan por el futuro.
Los niños pequeños expresan lo que sienten y no tienen miedo a amar.
Por eso los momentos más felices de nuestra vida son aquellos en los que jugamos
como si fuéramos niños, cuando cantamos y bailamos, cuando exploramos y creamos
con el único propósito de divertirnos. Cuando nos comportamos como niños nos
resulta maravilloso porque ese es el estado normal de la mente humana, la tendencia
natural. Somos inocentes, igual que los niños, y para nosotros es normal expresar amor.
Pero ¿qué nos ha ocurrido? ¿Qué le ha ocurrido al mundo entero?
Lo que ha sucedido es que, cuando éramos pequeños, los adultos ya padecían esa
enfermedad mental, una enfermedad altamente contagiosa. ¿Y cómo nos la
transmitieron? Captando nuestra atención y enseñándonos a ser como ellos. Así es
como trasladamos nuestra enfermedad a nuestros niños y así es como nuestros padres,
nuestros profesores, nuestros hermanos mayores y toda una sociedad de gente enferma
nos la contagió a nosotros. Captaron nuestra atención, y, mediante la repetición,
llenaron nuestra mente de información. De este modo aprendimos, y de este modo
programamos una mente humana.
El problema reside en el programa, en la información que hemos almacenado en
nuestra mente. Una vez captada la atención de los niños, les enseñamos un lenguaje, les
enseñamos a leer, a comportarse y a soñar de un modo determinado. Domesticamos a
los seres humanos de la misma manera que domesticamos a un perro o a cualquier otro
animal: con castigos y premios. Esto es perfectamente normal. Lo que llamamos
educación no es otra cosa que la domesticación del ser humano.
Al principio tenemos miedo de que nos castiguen, pero más tarde también
tenemos miedo de no recibir la recompensa, de no ser lo bastante buenos para mamá o
papá o un hermano o un profesor. De este modo es como nace la necesidad de ser
aceptado. Antes de eso no nos importa si lo estamos o no. Las opiniones de la gente
no son importantes y no lo son porque sólo queremos jugar y vivir en el presente.
El miedo a no conseguir la recompensa se convierte en el miedo a ser rechazado.
Y el miedo a no ser lo bastante buenos para otra persona es lo que hace que
intentemos cambiar, lo que nos hace crear una imagen. Imagen que intentamos
proyectar según lo que quieren que seamos, sólo para ser aceptados, sólo para recibir el
premio. De este modo aprendemos a fingir que somos lo que no somos y
perseveramos en ser otra persona con la única finalidad de ser lo suficientemente
buenos para mamá, papá, el profesor, nuestra religión o quienquiera que sea. Y con
este fin practicamos incansablemente hasta que nos convertimos en maestros de ser lo
que no somos.
Pronto olvidamos quienes somos realmente y empezamos a vivir nuestras
imágenes, porque no creamos una sola, sino muchas diferentes, según los distintos
grupos de gente con los que nos relacionemos. Una imagen para casa, una para el
colegio, y cuando crecemos, unas cuantas más.
Y esto funciona de la misma manera cuando se trata de una simple relación entre
un hombre y una mujer. La mujer tiene una imagen exterior que intenta proyectar a los
demás, y cuando está sola, otra de sí misma. Lo mismo pasa con el hombre, que
también tiene una imagen exterior y otra interior. Ahora bien, cuando llegan a la edad
adulta, la imagen interior y la exterior son tan distintas que ya casi no se corresponden.
Y como en la relación entre un hombre y una mujer existen al menos cuatro imágenes,
¿cómo es posible que se lleguen a conocer de verdad? No se conocen. La única
posibilidad es intentar comprender la imagen. Pero es preciso considerar más
imágenes.
Cuando un hombre conoce a una mujer, se hace una imagen propia de ella, y a su
vez la mujer se hace una imagen del hombre desde su punto de vista. Entonces él
intenta que ella se ajuste a la imagen que él mismo ha creado y ella intenta que él se
ajuste a la imagen que se ha hecho de él. Ahora, entre ellos existen seis imágenes.
Evidentemente, aunque no lo sepan, se están mintiendo el uno al otro. Su relación se
basa en el miedo, en las mentiras, y no en la verdad porque resulta imposible ver a
través de toda esa bruma.
De pequeños no experimentamos ningún conflicto porque no fingimos ser lo que
no somos. Nuestras imágenes no cambian realmente hasta que empezamos a
relacionarnos con el mundo exterior y dejamos de tener la protección de nuestros
padres. Esta es la razón por la que la adolescencia resulta particularmente difícil. Aun
en el caso de que estemos preparados para sostener y defender nuestras imágenes, tan
pronto intentamos proyectarlas al mundo exterior, éste las rechaza. El mundo exterior
empieza a demostrarnos, no sólo particular, sino también públicamente, que no somos
lo que fingimos ser.
Este sería el caso, por ejemplo, de un chico adolescente que aparenta ser muy listo.
Acude a un debate en el colegio, y, en ese debate, alguien que es más inteligente, y que
está más preparado, le supera y le deja en ridículo delante de todo el mundo. A
continuación él intenta explicar, excusar y justificar su imagen delante de sus
compañeros. Se muestra muy amable con todos e intenta salvar esa imagen delante de
ellos, aunque sabe que está mintiendo. Por supuesto, hace todo lo posible para no
perder el control delante de ellos, pero tan pronto se encuentra solo y se ve reflejado
en un espejo, lo hace añicos. Se odia a sí mismo; se siente verdaderamente estúpido y
cree que es el peor. Existe una gran discrepancia entre la imagen interior y la imagen
que intenta proyectar hacia el mundo exterior. Pues bien, cuanto más grande es la
discrepancia, más difícil resulta la adaptación al sueño de la sociedad y menos amor se
tiene hacia uno mismo.
Entre la imagen que finge ser y la imagen interior que tiene de sí mismo cuando
está solo, existen mentiras y más mentiras. Ambas imágenes están completamente
alejadas de la realidad; son falsas, pero él no es consciente de ello. Quizás otra persona
lo advierta, pero él está totalmente ciego. Su sistema de negación intenta proteger las
heridas, pero éstas son reales y siente dolor porque intenta defender esa imagen por
todos los medios.
De pequeños aprendemos que las opiniones de todas las personas son importantes
y dirigimos nuestra vida conforme a esas opiniones. Una simple opinión de alguien,
aunque no sea cierta, es capaz de hacernos caer en el más profundo de los infiernos:
«Qué feo estás. Estás equivocado. Eres un estúpido». Las opiniones tienen un gran
poder sobre el comportamiento absurdo de las personas que viven en el infierno. Por
ese motivo necesitamos oír que somos buenos, que lo estamos haciendo bien, que
somos bellos. «¿Qué aspecto tengo? ¿Ha estado bien lo que he dicho? ¿Cómo lo estoy
haciendo?»
Necesitamos escuchar las opiniones de los demás porque estamos domesticados y
esas opiniones tienen el poder de manipularnos. Por eso buscamos el reconocimiento
en los otros; necesitamos el apoyo emocional de ellos; ser aceptados por el Sueño
externo a través de los demás. Esta es la razón por la que los adolescentes ingieren
alcohol, se drogan o empiezan a fumar. Sólo para ser aceptados por otras personas que
opinan que eso es lo que hay que hacer; sólo para que esa gente considere que están
«en la onda».
Pero todas esas falsas imágenes que intentamos proyectar provocan un gran
sufrimiento en muchos seres humanos. Las personas fingimos ser muy importantes,
pero, a la vez, creemos que no somos nada. Ponemos mucho empeño en ser alguien en
el sueño de esa sociedad, en ganar reconocimiento y en recibir la aprobación de los
demás. Hacemos un gran esfuerzo para ser importantes, para triunfar, para ser
poderosos, ricos, famosos, para expresar nuestro sueño personal e imponer nuestro
sueño a las personas que nos rodean. ¿Por qué? Pues porque creemos que el sueño es
real y nos lo tomamos muy en serio.


viernes, 30 de agosto de 2013

Noche de canciones romanticas ....

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No, por esta noche no quiero pensar en ti, cierro mis ojos para no extrañarte as...Ver más