Una vez frente a mí habían dos amigos hablando
sobre Dios, en principio todo era entusiasmo,
parecían estar de acuerdo. Pero allí que al avanzar la
conversación cada uno exponía su punto de vista
desde sus vivencias y aprendizajes de los últimos
años. Entonces se acaloró el ambiente y se
separaron con la sensación de que no valía la pena
volverse a ver. Yo atónita sentía en mi interior:
"Pero si están hablando exactamente de los mismo
con
otras palabras." Cuando acallamos la mente y solo
sentimos con el corazón toda diferencia se disipa y
solo fluye el AMOR. Entonces te invada una alegría
inmensa y ves frente a ti esas dos personas
abrazándose y riéndose del tiempo valioso que han
"perdido" luchando, discutiendo y lamentando. Un
enorme abrazo a todos mis espejos, os amo!!! ♥ ♥ ♥
No hay comentarios:
Publicar un comentario