viernes, 26 de julio de 2013

Salir del armario de los miedos.


                              Un día de Octubre del 2012


Anoche fuí a un videoforum sobre la pelicula "Memoria de los peces". Reflejaba todo tipo de tópicos del amor. Hetereo, bisexual, lésbico y gay. Todos buscaban amor y aceptación, todos tenían sus miedos, de los cuales se derivan los celos, las inseguridades y sus concecuentes rupturas..., para volver a empezar. Una chica se cuestionaba si somos tan tontos que no evolucionamos y seguimos siempre en la misma rueda. A veces cuesta, pero sí evolucionamos. A veces lentamente, cuando el sufrimiento se agudiza y se hace insoportable, sale nuestro niño interior y nos reclama la verdad, la felicidad, la alegría y la capacidad infinita de amor que llevamos dentro. 

Una chica del videoforum decía: hay una cosa que tengo clara: "No tolero armarios." Me dió una punzada en el pecho, he tolerado armarios durante cinco años. Lo he tolerado por amor, eso creía yo... pero también era por miedo. Miedo a que no me quieran, a que mis hijos me rechacen, mis amigos me señalen...(nada de eso ha ocurrido). De vez en cuando abría la puerta para poder respirar..., el amor por ella, mi compañera del alma, mi miedo a perderla, me hacía cerrar la puerta de nuevo. Dentro encendíamos la luz, poníamos velas, preparabamos cenas romanticas. Eramos bastante creativas, decorabamos el armario por dentro, elaborabamos juntas nuestras propias camisetas..., planificabamos rutas para caminar, viajes... (en plan amigas)... .

Sin embargo dentro del armario todo era diferente. Mostrabamos nuestra ternura infinita, las niñas se abrazaban, jugaban, hablaban, cocinaban..., vivían el cielo en la tierra..., pero dentro del armario.
Fuera eran amigas... "Y no se te ocurra mirarme con esos ojos de enamorada, que se dán cuenta..., no me beses ni siquiera en la mejilla delante de los demás, podrían sospechar..., lo unico que te pido es un amor en silencio. Si realmente me quieres me respetarás." Si hubiese dicho: "No respires," quizás lo hubiese hecho, aguantando al máximo la respiración para no defraudarla, no perder su amor, su ternura, su compañía, el suave taco de su piel, su dulce sonrisa, lo infinita que me hacía sentir en su presencia.

El amor es para mi la base y el sustento del universo. Ahora sé que incluye el amor por mí. Siempre he buscado la felicidad, la armonía, la alegría, la unión y la aceptación incondicional. Anhelaba poder mostrar ese inmenso amor que llevo dentro ante mis amigos, mis hijos, mi familia. 

Todos la han ido aceptando, queriendo..., todos sin excepción, menos ella misma. 
Aún me duele el corazón, sufro su dolor junto al mio, la siento en mí, a pesar de la distancia.
Cuando la conocí se cruzaron nuestras miradas, mi alma captó: "Sacamé de aquí, te lo suplico, llevo demasiado tiempo presa de mis miedos, mi rabia y mi rencor."
Veo una de las primeras fotos que te saqué de medio lado, con esa sonrisa de alegría nueva después de años de sufrimiento, que me transmitía: "Por fín alguien que me ama de verdad, tal como soy, con todas mis cicatrices..., me lo merezco, gracias, y no me defraudes..."
Amor mío, lo he intentado, he tocado en mi flauta la melodía mas bonita del mundo para tí. Bailaste a ratitos a su son, a mi lado..., pero cuando el tono subía demasiado debido a mi entusiasmo, te asustabas. Tus recuerdos del pasado te invadían, se hacían fuertes y se pegaban como una lápa a la alegría de tu niña, hasta tal punto de fusionarse con tu alegría interior, que ya no podías destinguirlos.
Entonces un día me amabas, otro me odiabas, un día me abrazabas, otro me rechazabas. Tu estabas convencida de que esa eras tú. ¡Yo nó! Siempre notaba claramente cuando hablaba y actuaba la niña, cuando el miedo (el ego, el juez interior, el programa). Intenté hacertelo ver pero acentuaba más tu rechazo.
Deseabas "sobrevivir", como siempre, con lo conocido: la soledad, la rabia, el rencor, en vez de " vivir" en armonía reconocimiento y amor.
Aún recuerdo aquella pataleta que te dió en plena calle cuando saltando y brincando exclamabas: "Nunca dije que quiero ser felíz".
Cada curso, cada taller al que asistías era una nueva esperanza para mí de verte libre. Libre de tus miedos... y los mios.
He compartido mi familia, mis amig@s, mi alegría, mi ternura, mi creatividad y mi amor. Albergo recuerdos sublimes en mi interior.
Mi mano aún te busca..., se extiende en la distandia, buscando la tuya.
Mi niña te espera, a veces triste por no poder seguir jugando contigo al juego de la vida, cuya meta se llama: AMOR.
Mi niña desea compartir contigo su tiempo, su alegría, su ternura, su amor, en la salud y en ..., en lo bueno y lo menos bueno, la noche y el día, hasta el infinito y más allá... Pero esos fantasmas llamados miedos le dan mas importancia al "qué dirán los demás", esos "demás" en la distancia, que ni te conocen realmente, ni están a tu lado día a día, en lo bueno y lo menos..., la salud y ..., ni dispuestos a compartir contigo hasta tu ultimo aliento, tal como yó lo he soñado.
Me pedíste que te sacara de allí... Quizás sea esta la mejor manera, afrontando mis miedos y los tuyos, plantándoles cara. Salir a la luz, al sol, mi sol que eres tu, desde el día que te re -conocí, mi compañera del Alma.

















Foto: Anoche fuí a un videoforum sobre la pelicula "Memoria de los peces". Reflejaba todo tipo de tópicos del amor. Hetereo, bisexual, lésbico y gay. Todos buscaban amor y aceptación, todos tenían sus miedos, de los cuales se derivan los celos, las inseguridades y sus concecuentes rupturas..., para volver a empezar. Una chica se cuestionaba si somos tan tontos que no evolucionamos y seguimos siempre en la misma rueda. A veces cuesta, pero sí evolucionamos. A veces lentamente, cuando el sufrimiento se agudiza y se hace insoportable, sale nuestro niño interior y nos reclama la verdad, la felicidad, la alegría y la capacidad infinita de amor que llevamos dentro. 

Una chica del videoforum decía: hay una cosa que tengo clara: "No tolero armarios." Me dió una punzada en el pecho, he tolerado armarios durante cinco años. Lo he tolerado por amor, eso creía yo... pero también era por miedo. Miedo a que no me quieran, a que mis hijos me rechacen, mis amigos me señalen...(nada de eso ha ocurrido). De vez en cuando abría la puerta para poder respirar..., el amor por ella, mi compañera del alma, mi miedo a perderla, me hacía cerrar la puerta de nuevo. Dentro encendíamos la luz, poníamos velas, preparabamos cenas romanticas. Eramos bastante creativas, decorabamos el armario por dentro, elaborabamos juntas nuestras propias camisetas..., planificabamos rutas para caminar, viajes... (en plan amigas)... .

Sin embargo dentro del armario todo era diferente. Mostrabamos nuestra ternura infinita, las niñas se abrazaban, jugaban, hablaban, cocinaban..., vivían el cielo en la tierra..., pero dentro del armario.
Fuera eran amigas... "Y no se te ocurra mirarme con esos ojos de enamorada, que se dán cuenta..., no me beses ni siquiera en la mejilla delante de los demás, podrían sospechar..., lo unico que te pido es un amor en silencio. Si realmente me quieres me respetarás." Si hubiese dicho: "No respires," quizás lo hubiese hecho, aguantando al máximo la respiración para no defraudarla, no perder su amor, su ternura, su compañía, el suave taco de su piel, su dulce sonrisa, lo infinita que me hacía sentir en su presencia.

El amor es para mi la base y el sustento del universo. Ahora sé que incluye el amor por mí. Siempre he buscado la felicidad, la armonía, la alegría, la unión y la aceptación incondicional. Anhelaba poder mostrar ese inmenso amor que llevo dentro ante mis amigos, mis hijos, mi familia. 

Todos la han ido aceptando, queriendo..., todos sin excepción, menos ella misma. 
Aún me duele el corazón, sufro su dolor junto al mio, la siento en mí, a pesar de la distancia.
Cuando la conocí se cruzaron nuestras miradas, mi alma captó: "Sacamé de aquí, te lo suplico, llevo demasiado tiempo presa de mis miedos, mi rabia y mi rencor."
Veo una de las primeras fotos que te saqué de medio lado, con esa sonrisa de alegría nueva después de años de sufrimiento, que me transmitía: "Por fín alguien que me ama de verdad, tal como soy, con todas mis cicatrices..., me lo merezco, gracias, y no me defraudes..."
Amor mío, lo he intentado, he tocado en mi flauta la melodía mas bonita del mundo para tí. Bailaste a ratitos a su son, a mi lado..., pero cuando el tono subía demasiado debido a mi entusiasmo, te asustabas. Tus recuerdos del pasado te invadían, se hacían fuertes y se pegaban como una lápa a la alegría de tu niña, hasta tal punto de fusionarse con tu alegría interior, que ya no podías destinguirlos.
Entonces un día me amabas, otro me odiabas, un día me abrazabas, otro me rechazabas. Tu estabas convencida de que esa eras tú. ¡Yo nó! Siempre notaba claramente cuando hablaba y actuaba la niña, cuando el miedo (el ego, el juez interior, el programa). Intenté hacertelo ver pero acentuaba más tu rechazo.
Deseabas "sobrevivir", como siempre, con lo conocido: la soledad, la rabia, el rencor, en vez de " vivir" en armonía reconocimiento y amor.
Aún recuerdo aquella pataleta que te dió en plena calle cuando saltando y brincando exclamabas: "Nunca dije que quiero ser felíz".
Cada curso, cada taller al que asistías era una nueva esperanza para mí de verte libre. Libre de tus miedos... y los mios.
He compartido mi familia, mis amig@s, mi alegría, mi ternura, mi creatividad y mi amor. Albergo recuerdos sublimes en mi interior.
Mi mano aún te busca..., se extiende en la distandia, buscando la tuya.
Mi niña te espera, a veces triste por no poder seguir jugando contigo al juego de la vida, cuya meta se llama: AMOR.
Mi niña desea compartir contigo su tiempo, su alegría, su ternura, su amor, en la salud y en ..., en lo bueno y lo menos bueno, la noche y el día, hasta el infinito y más allá... Pero esos fantasmas llamados miedos le dan mas importancia al "qué dirán los demás", esos "demás" en la distancia, que ni te conocen realmente, ni están a tu lado día a día, en lo bueno y lo menos..., la salud y ..., ni dispuestos a compartir contigo hasta tu ultimo aliento, tal como yó lo he soñado.
Me pedíste que te sacara de allí... Quizás sea esta la mejor manera, afrontando mis miedos y los tuyos, plantándoles cara. Salir a la luz, al sol, mi sol que eres tu, desde el día que te re -conocí, mi compañera del Alma.

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